jueves, 14 de abril de 2011

De la mujer que sangra sin heridas


Me dijeron que en el fondo de mi guarida se esconde una mujer que sangra sin heridas.
Está hecha añicos contra un rincón, chamuscada contra una pared siniestra y feroz.
Me hicieron creer que era bueno sangrar sin lastimaduras a la vista, que era lo correcto, que estaba muy bien. Palmaditas en la cabeza "buena chica, buena chica" y me arrojaron a un lado junto al huesito, premio consolación.
Que estaba bien inventar un poco de sufrimiento que me labrara la cabeza, arando un poco más el cerebroy ahogarlo en autocompasión.
¡Siembra que te siembra miedos y dolores niñita suave y latosa!
Que estaba bien, que debía de llorar, que debía de sangrar aunque sea una vez por mes, como una menstruación para el alma.
Crear cortes transversales y longitudinales en el espíritu sin barbijo ni bisturí.
Me dijeron que en el fondo de mi guarida se esconde una mujer que sangra sin heridas.
Y ahora me encuentro aquí, parada en la entrada, con la linterna y el cicatrizante en la mano, pero sin cortes ni magulladuras que curar.
Entonces me siento, me agolpo en un rincón de una pared siniestra y feroz y me pongo a llorar.

Kadysha

Texto inspirado en la obra de Ana Lema. Para leer más de ella visite Entre Ambas Aguas GRACIAS ANA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario