Por la razón o por la fuerza

A la fuerza

En alguna de tus siestas
decidí perforar tus tímpanos.
Ladré hasta penetrar en tu memoria
y me convertí en lámparas y faroles.

Vi como se quema el seso

de aquel que no concilia el sueño

observé como te derretías

en viejas transas y alegorías.

Ahora vivo atrapada en tus neuronas
y me quema el hastío
de no querer poder, ni querer saber
como mierda salir de todos tus sitios
sin un rasguño que me rasgue
cuando me expires

y me devuelvas otra vez al aire.

Kadysha